Ehidj y Casamance, una eterna escala senegalesa entre Guinea y Gambia

© Malou

El estuario del río Casamance alberga numerosas islas habitadas. En el fondo de estos brazos del río, conocidos aquí como "eurosbolonâeuros", los diolas, peuls, mandingues y otros wolof perpetúan tradiciones y modos de vida ancestrales, que se pueden descubrir en barco. El ambiente de una escala.

Río Casamance arriba

Si tiene suerte, podrá adentrarse en el río Casamance en compañía de grandes delfines. Las olas que rompen son a veces impresionantes. El estuario está bajo la influencia directa del mar . Sus ramificaciones se extienden por un paisaje de manglares y salinas.

Esta vegetación proporciona importantes recursos a la población local. Sin embargo, depende de un frágil equilibrio entre las aportaciones de agua dulce procedentes de las lluvias y el afloramiento de agua salada debido a las mareas .

Ehidj, isla de fêticheurs

Ehidj es una isla sagrada situada en el corazón del delta del río Casamance. Aquí no se entierra a los muertos. Cuando se produce un fallecimiento, se lleva al difunto en piragua hasta el islote vecino, donde se le da sepultura. Aquí, la vida se vive con sobriedad, con muy poco, pero sin ignorar lo que la modernidad merece.

Un "campamento", alimentado por energía solar, agrupa las cabañas, dispersas al azar por una zona arenosa. La mayoría son de bloque de brisa, pero aún quedan algunas construidas "a la antigua" con madera y tierra. El pueblo se abastece de un pozo, que hay que extraer a mano.

Alrededor de las casas, todo el mundo cría sus gallinas y cerdos.

Los niños muy pequeños se quedan en el pueblo con su madre, mientras que los mayores van a la escuela a varios kilómetros de distancia, y sólo vuelven con sus padres durante las vacaciones, viviendo con un tío u otro hermano durante las vacaciones escolares.

Las amistades se forjan rápidamente con los visitantes

A veces, el jefe de la aldea sugiere un paseo por el monte. La excursión comienza con una visita a las cabañas, con comentarios sobre la vida social. Con un poco de suerte, el visitante será invitado a probar el vino de palma...

Una visita improvisada al Jardín de las Mujeres

El duro trabajo que realizan las mujeres del pueblo sirve para producir hortalizas para toda la comunidad. Estas admirables mujeres asumen con dignidad una rutina diaria ingrata y agotadora, arrancando las malas hierbas a mano y bombeando agua del pozo para regar los cultivos.

Por la noche, música y baile

Golpeados con vigor por ágiles manos, los djembes provocan contorsiones espectaculares en hombres y mujeres hasta altas horas de la noche.

Casamance es un país maravilloso, en el que merece la pena pasar meses o incluso años...

Eso es lo que hacen algunos navegantes epicúreos, sin prisa por embarcarse en una travesía. Unas millas río arriba, la ciudad y el puerto de Ziguinchor ofrecen una cara muy distinta.

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