La fundación Explore, creada por Roland Jourdain y Sophie Verceletto, celebra su 10º aniversario en Concarneau en junio de 2023. La organización, que apoya proyectos que favorecen la transición ecológica, organiza 3 veladas públicas en la lonja de pescado del puerto bretón para presentar el trabajo de los exploradores a los que ha apoyado desde su creación y animar debates sobre la exploración moderna. En vísperas del evento, hablamos con la pareja fundadora sobre el papel de la fundación y las lecciones que ha aprendido en los últimos 10 años, especialmente en el sector marítimo.
¿Puede decirnos cómo surgió Explore?
Roland Jourdain : Había estado en la mente de ambos durante varios meses, si no años, antes de que se creara Explore. Hubo un año de trabajo antes del lanzamiento real. A finales de los años 2000, queríamos diversificar Kairos, que sólo se ocupaba de mis proyectos de regatas oceánicas, con un componente de transmisión para transmitir la experiencia a los nuevos patrones, pero también hacia cuestiones medioambientales. Queríamos entender cuánto le costaban nuestros barcos al planeta.
Fue allí donde dimos nuestros primeros pasos hacia las fibras vegetales, en todas sus formas. Por el camino, echamos una mano a gente que estaba haciendo cosas por el planeta. Esta gente estaba injustamente en la sombra mientras nosotros estábamos en el punto de mira. Así que se nos ocurrió crear una estructura para apoyarles. La idea de Explore es que hay infinitas soluciones para vivir juntos. En la naturaleza hay un 80% de colaboración y un 20% de competencia, mientras que los humanos siempre estamos compitiendo.
¿Cuál es la misión de Explore?
Sophie Verceletto : Las 3 misiones de Explore son experimentar, cooperar e inspirar. Para ello cuenta con 2 pilares: la incubadora para acoger a los exploradores y la difusión, con programas de sensibilización. Empezamos en las escuelas de Bretaña con la autoridad educativa de Rennes, luego en la enseñanza superior con el programa Campus. Acabamos de apoyar a la Ecole Centrale de Nantes con un módulo de baja tecnología.
¿A cuántos exploradores ha acompañado desde la creación de Explore?
RJ: No tengo un recuento exacto. La idea era, sobre todo, ofrecer un apoyo bueno y a largo plazo. No somos una fundación corporativa que se limita a entregar un cheque cada año. Es como un árbol que ha crecido. No teníamos un plan de negocio a 10 años. Under The Pole es un ejemplo típico. Se unieron a nosotros después de su primera expedición, que fue muy bien, pero su socio dejó de hacerlo. Ahora están preparando la cuarta misión. También hemos tenido a Corentin de Chatelperron, Nomade des Mers y el Jutelab, luego Low-tech Lab. Hoy, Simon Bernard, el hombre detrás de Plastic Odyssey, empezó como voluntario en Nomade des Mers, mientras que Victor Rault, de Captain Darwin, desarrolló su proyecto tras leer un libro sobre Darwin mientras trabajaba como responsable de medios de Under The Pole...
¿Cuáles fueron las experiencias buenas y malas, si las hubo?
SV : Lo interesante es estar juntos en el día a día, ayudarse mutuamente y superar la tristeza. Durante las expediciones, algunos de los equipos desembarcan siempre en Concarneau. Esto nos permite tener un impacto local tanto en la transmisión como en el viaje.
RJ: Lo más difícil es apoyar una expedición tan lejana como la que hicimos con Vaa Motu, en las Tuamotus. Es más difícil con la distancia.
¿Cuáles son los vínculos entre las expediciones, que no siempre son marítimas, y la actividad marítima principal de Kairos?
RJ: El primer eslabón, que no identificamos necesariamente al principio, es que cuando estás en el mar sabes que no todo va a salir según lo previsto. Cuando nos embarcamos en los biomateriales, queríamos encontrar una solución técnica perfecta, pero vemos que todo tiene un impacto. Así que nos dimos cuenta de que lo primero era cuestionarnos nuestras necesidades antes de buscar soluciones técnicas. Acostumbrarse al barco te ayuda a hacer evolucionar tus objetivos.
El otro punto obvio es el vínculo tierra-mar. Nuestros barcos parten de tierra, y es importante observar su estela en tierra.
En la otra dirección, nuestras exploraciones pueden ayudarnos a replantearnos los cruceros. Todo gira en torno a las necesidades energéticas. Por ejemplo, si comes de otra manera, puedes prescindir del frigorífico y consumir menos electricidad . Con menos cosas a bordo, hay menos que reparar. Con cosas que se pueden desmontar, el desmantelamiento es más fácil, el barco se puede utilizar para varios fines y se puede utilizar menos pegamento, lo que nos lleva de nuevo a las cuestiones técnicas de la construcción de barcos y a los problemas de las resinas. Queda trabajo por hacer en el frente del marketing, entre compradores y vendedores, en la educación y la prueba de concepto, porque creo que algunos navegantes estarían dispuestos a adoptar un enfoque más sobrio.
