Editorial / ¿La aventura en un barco es tecnológica o humana?

¿Qué es la aventura náutica? ¿Empieza soltando amarras o tiene que ser tecnológica? La actualidad y los archivos se combinan para mostrarnos lo variada que puede ser.

Aventuras a merced de la tecnología y las personas

El tema aparece a menudo en nuestras columnas. Los navegantes y los lectores apasionados suelen buscar aventuras. Para sí mismos y a través de las historias de otros. Pero, ¿qué es la aventura? Aún no hemos terminado de hacernos esa pregunta.

Dar la vuelta al mundo a vela es, obviamente, la aventura definitiva para un navegante. Hacerlo en solitario en un Ultim de 32 metros hace que el reto sea aún más increíble. E incluso con la ayuda de un equipo, el navegante no es rival para los elementos y la Ley de Murphy. Tom Laperche, cuya "aventura" termina en Ciudad del Cabo pero eso no significa que no lo hayamos pasado muy bien.

Retroceder en el tiempo, la vuelta al mundo a la inversa de Philippe Monnet ilustra hasta qué punto la lucha contra la adversidad forma parte del mito del marino, pero también a veces de su vida cotidiana. Aquí, no se trata de parar ni de rendirse: paludismo, incendios, averías de la calefacción, huracanes... nada puede detener la aventura de Philippe Monnet.

Descubrir a las personas

Pero la aventura no es sólo para los navegantes profesionales. Puede estar a la vuelta de la esquina. Nuestro navegante de la semana ha cruzado el Atlántico para encontrarla. Por el Amazonas, por el Orinoco en un velero de 10 metros jean-François Diné pone el listón muy alto para el navegante dominical, pero lo lleva a los rápidos junto a los indios.

Ya sea en la vida real o por delegación, navegar es siempre una aventura.

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