¿Qué combinación de velas para una regata transatlántica a favor del viento en los alisios?

La navegación transatlántica con vientos alisios a favor del viento le da tiempo para experimentar con todas las diferentes soluciones y combinaciones de velas para combinar comodidad y rendimiento. He aquí un panorama de las soluciones, desde las más convencionales hasta las más originales, con sus ventajas e inconvenientes. Una visión general que también puede ser útil para sus cruceros de verano

Al cruzar el Atlántico desde Europa hacia el Caribe, la ruta habitual nos lleva a través de Madeira, las Canarias o Cabo Verde, desde donde a menudo emprendemos la larga travesía hacia las Antillas, con la ayuda de los vientos alisios, que soplan de este a oeste, generalmente entre 15 y 20 nudos. Por lo tanto, se trata de un tramo de la regata a favor del viento, con mucho viento, pero no demasiado. Para esta travesía a favor del viento, un rápido repaso de las diferentes combinaciones de velas que puede utilizar para optimizar su travesía.

Vela mayor - Génova

Ésta es quizá la opción más clásica: con el génova y la mayor, navegas tranquilamente entre las olas, con algún que otro surfeo por el camino si tienes suerte. La principal ventaja de esta combinación es que es fácil de montar: se iza o se despliega la mayor, se iza o se despliega el génova, y ya está. Si el viento se levanta de repente, puedes reducir fácilmente la velocidad enrollando o enrollando las velas para controlar el barco.

La principal desventaja de esta combinación es que hay que orzar lo suficiente para inflar el génova: si nos quedamos demasiado a sotavento con marea alta, la mayor despojará al génova, que, desinflado, hará que el barco pierda velocidad, pero también estabilidad. Por lo tanto, es importante orzar lo suficiente para que la vela de proa sea eficaz, lo que puede ser un problema en las regatas transatlánticas, ya que a menudo nos aleja de la ruta directa a las Antillas. Si el viento es demasiado fuerte, se puede cambiar el génova por un solent o una vela de estay, lo que limitará la potencia del barco.

Vela mayor - Génova de arrastre

Manteniendo el mismo juego de velas, pero esta vez para poder navegar a favor del viento, puedes lanzar el génova a barlovento, en tijera (o mariposa), para que no se lo lleve la mayor: una vela a cada lado, ¡y al Caribe! Para izar el génova, utilice el tangón, si tiene uno a bordo, y átelo a la campana de un lado del mástil, y ponga las mordazas del tangón en la escota del génova del otro, antes de arriar la vela para inflarla en el otro lado de la mayor.

La ventaja de esta solución es que permite navegar a favor del viento y proporciona al barco cierta estabilidad si las olas y el viento están en la misma dirección. Las desventajas de esta solución son que, en caso de problema, es difícil enrollar o rizar rápidamente, y al primer error del timón te espera una trasluchada salvaje. Para evitarlo, suele ser una buena idea combinar el cabeceo del génova con el uso de un freno de retención o de botavara. Esto evitará una trasluchada violenta que bien podría meterle en problemas en medio del océano.

Génova sola

Otra forma de evitar la temida trasluchada es simplemente arriar la vela mayor. Al arriar el génova por su cuenta, puede dejarse arrastrar por la vela de proa, que ya no tiene problemas de deriva.

Esta solución garantiza un alto nivel de seguridad a bordo al eliminar el riesgo de que se desprenda la botavara, pero puede limitar el rendimiento del barco si los alisios no están bien establecidos. Es una solución tranquilizadora cuando el viento arrecia, pero el barco puede carecer de un apoyo estable en las olas por debajo de los 15-17 nudos, especialmente si no se trata de un génova de gran cobertura.

Vela mayor - Spinnaker

Estamos en medio de una travesía a favor del viento, así que es hora de hablar de la vela a favor del viento por excelencia: ¡el spinnaker! Si tiene un spinnaker simétrico, entonces, al igual que con un génova spinnaker, probablemente podrá navegar en un rumbo directo, por muy a favor del viento que sea.

La ventaja del spinnaker es que proporciona una velocidad decente con poco viento y, si se mantiene inflado, ofrece cierta estabilidad en las olas. Por tanto, es el arma ideal cuando los vientos alisios se vuelven inconstantes y caen por debajo de los 15 nudos. La desventaja del spinnaker es que a menudo requiere una atención más sostenida, que en caso de problema (como una persona al agua) complica la situación, y que en caso de viento reforzado, puede provocar salidas de orzada inesperadas. Por lo tanto, el secreto del spinnaker consiste en desplegarlo primero con poco viento, antes de lograr un control suficiente de la vela para mantenerla desplegada con viento medio.

Vela mayor - Génova doble

La última combinación propuesta es un poco más original, y consiste en izar dos velas de proa, una a barlovento y otra a sotavento del barco, lo que antaño se conocía como velas de estay gemelas. Para ello, es más fácil utilizar un estay mayor y un estay de caída, e izar o desenrollar las dos velas, orientando una a barlovento y dejando la otra a sotavento.

Esta solución ofrece dos ventajas principales: maximiza la superficie vélica a favor del viento, por lo que se puede hacer buena velocidad, incluso a favor del viento, pero también da al barco una estabilidad sin precedentes, rompiendo el balanceo rítmico que se suele encontrar a favor del viento, gracias al génova de sotavento, que se infla o desinfla según el rumbo y limita el balanceo del barco. Para poner en práctica esta solución, tienes que orzar un poco en relación con la empopada, para que las tres velas puedan captar correctamente el viento. También puedes optar por arriar la mayor y dejar que los dos génovas de la parte delantera tiren del barco, lo que elimina cualquier problema de trasluchada salvaje y paso de botavara. La principal desventaja de esta solución es que es algo compleja de configurar, y es difícil reaccionar rápidamente en caso de problema, por el momento en que el sistema está desarbolado. Sin embargo, es una solución poco conocida que ha demostrado su eficacia

Por último, sean cuales sean las combinaciones de velas que pongas en práctica, la regla del juego es siempre la misma: intenta navegar con la lona del momento, es decir, la que mejor se corresponda con el tiempo que estés teniendo. Por ejemplo, no es una buena idea izar el spinnaker durante una travesía de crucero en la que no paran de caer chubascos a 25 nudos, o mantener la vela mayor rizada cuando se trata de ganar velocidad con poco viento. Se trata de conocer las diferentes combinaciones para poder tomar las decisiones correctas cuando llegue el momento

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