Ambiciones y retos técnicos
La decisión de reconstruir el Pen-Duick IV no es sólo un homenaje a Éric Tabarly y a su espíritu pionero, sino también una empresa técnica e histórica considerable. El astillero Pors-Moro de Pont-L'Abbé, propiedad de Arnaud Pennarun, tiene previsto iniciar esta ambiciosa reconstrucción a finales de 2024. El objetivo es reconstruir no sólo un barco, sino un pedazo de historia marítima. El proyecto pretende reproducir el trimarán según los planos originales de 1968, incorporando las mejoras técnicas posteriores realizadas por Eric Tabarly (abandono de los mástiles de ala) y luego Alain Colas (refuerzo de la estructura y mejora de la estabilidad delantera de los tres cascos), garantizando así la fidelidad histórica y el rendimiento moderno.
Innovaciones náuticas y perspectivas
El Pen-Duick IV fue originalmente una obra maestra de la ingeniería, diseñado por André Allègre y construido en aluminio. Apodado el "pulpo gigante", el trimarán revolucionó las regatas oceánicas con sus dimensiones y su innovador aparejo. Reconstruir este emblemático multicasco implica no sólo recrear sus características originales, sino también adaptar los materiales y las técnicas de construcción a los estándares actuales sin comprometer sus legendarias prestaciones. Este proyecto no es sólo una réplica, sino una redefinición de lo que los veleros históricos pueden aportar a las futuras generaciones de navegantes.
Un trimarán legendario
Diseñado para ser el trimarán más rápido del mundo, fue el primero de su clase en competir en la Transat, aunque se vio obligado a retirarse durante su edición inaugural en 1968 a manos de Eric Tabarly. Tras este abandono, el Pen-Duick IV causó sensación inmediatamente al batir el récord de travesía del Atlántico entre Canarias y las Antillas en diciembre del mismo año. A esta actuación le siguió una impresionante participación en la regata de Los Ángeles a Honolulu en julio de 1969, en la que terminó fuera de competición (los trimaranes no estaban permitidos), llegando dos días por delante de los mejores monocascos estadounidenses, lo que confirma su extraordinaria velocidad.
El barco fue confiado entonces a Alain Colas, otro nombre ilustre de la vela francesa y antiguo miembro de la tripulación del Tabarly. Bajo su dirección, el Pen-Duick IV, rebautizado Manureva, siguió forjando su leyenda. Colas ganó la Transat en 1972, batiendo el récord de la prueba y consolidando el estatus del trimarán como fuerza dominante en la vela de competición. Al reforzar la estructura y la estabilidad de los tres cascos, Alain Colas también preparó al Manureva para la vuelta al mundo en solitario a través de los tres cabos, que completó en 1973 (con una escala).
Sin embargo, la saga del Pen-Duick IV bajo el nombre de Manureva tuvo un trágico final cuando Alain Colas desapareció en el mar el 16 de noviembre de 1978, durante la primera edición de la Route du Rhum. Su muerte afectó profundamente al mundo de la vela y añadió una dimensión mítica a la ya rica historia del trimarán.
Un proyecto con dimensión histórica
Al devolver la vida al Pen-Duick IV, Arnaud Pennarun y el Chantier Naval de Pors-Moro no sólo están reviviendo una pieza del patrimonio náutico, sino que la están reinventando para los futuros desafíos de las regatas oceánicas. Es una idea impulsada por el espíritu del pasado y la visión del futuro.
Especificaciones técnicas de Pen-Duick IV
- Longitud: 20,80 m en total
- Anchura: 10,70 m
- Calado: 2,40 m/0,80 m
- Desplazamiento: 6,5 toneladas
- Superficie vélica en ceñida : 107 m2
- Material: aluminio
