Un diseño atrevido

Cuando sea botado en agosto de 2019, el barco de 60 pies de Alex Thomson intrigará y fascinará. Diseñada por VPLP, la nueva máquina del navegante galés, que terminó segundo en la última edición de la regata, se ha diseñado con un único objetivo en mente: ganar la próxima Vendée Globe.

Diseñado para navegar a favor del viento, se lanzó con un desplazamiento muy ligero de sólo 7,6 toneladas. La principal innovación reside en el diseño de la cabina. Basándose en la experiencia adquirida en cuatro ediciones de la Vendée Globe, Alex y su equipo han diseñado un IMOCA con una cabina completamente cerrada. Alex pilota el barco desde el interior, donde todas las maniobras están centralizadas en cuatro winches. Con una visibilidad exterior limitada, se han instalado siete cámaras en cubierta para ofrecer al patrón un amplio campo de visión a través de pantallas en el interior.

Este diseño arquitectónico baja el centro de gravedad y elimina el volumen de agua que introducen las olas en la bañera, que puede alcanzar rápidamente varios cientos de litros.
El resultado es moderno e innovador, pero el patrón está preparado para pasar dos meses y medio en esta austera y tosca cabina de carbono.
Contratiempos y colisiones

Durante la Jacques Vabre 2109, la primera regata del barco, Alex y su copatrón Neal Mcdonald chocaron con un ovni y dañaron gravemente la quilla. La pareja pasó 24 horas cortando los restos de la cabeza de la quilla para deshacerse de ella, antes de poner rumbo a Cabo Verde.

En la Vendée Globe 2020, Alex tuvo un buen comienzo y se situó al frente de la regata, aplicando su estrategia habitual. Sin embargo, un desprendimiento de los largueros de la proa de su IMOCA, seguido de la rotura del timón, obligaron al patrón galés a hacer escala en Ciudad del Cabo, donde anunció su retirada.
Unas semanas más tarde, Alex anunciará su retirada del deporte, tras cinco campañas de la Vendée Globe, saldadas con dos podios.
Alan Roura se convierte en el nuevo capitán

En octubre de 2021, el patrón suizo Alan Roura compró el foiler con el apoyo de su socio Hublot. Para su tercera Vendée Globe, Alan aspira a ganar con esta máquina, que tiene un gran potencial teórico.
Pero los primeros resultados no han estado a la altura de las ambiciones de Alan. El patrón no ha sabido encontrar el rumbo en este IMOCA atípico. Demasiado adaptado a la navegación a favor del viento, el Hublot no está a la altura en otros puntos de navegación. Además, la vida a bordo es muy difícil, debido a su propensión a las rachas violentas.

El equipo de tierra realizó entonces una importante reforma invernal para mejorar el rendimiento del barco. Cambiar los tanques de lastre, modificar el bulbo, recortar la proa, mejorar los foils: fue con un Hugo Boss V2 con el que Alan iba a tomar la salida de la Vendée Globe, a bordo de una máquina que ya conocía perfectamente. Y en la que ha recuperado una gran confianza, tras completar seis regatas transatlánticas a bordo de ella.
