Ensayo / Gozzo 48 Cabin, prueba de mar frente a Cannes

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Frente a la costa de Cannes, probamos el Gozzo 48 Cabin propulsado por un Volvo Penta IPS 700. La prueba confirmó las ambiciones del astillero: un barco elegante, seguro y de altas prestaciones, capaz de combinar tradición y modernidad.

Comportamiento marino tranquilizador

Desde las primeras maniobras, se nota que este pesado casco de 16 toneladas tiene bastante inercia, pero la carena en V variable de Umberto Tagliavini se muestra eficaz. La embarcación se eleva con bastante rapidez, dado su desplazamiento, sin cabecear, y mantiene un trimado estable. A velocidad de crucero, es extraordinariamente fluido, con un paso por mar suave, incluso con mar picada.

Rendimiento a la altura

Con dos IPS 700, el Gozzo 48 Cabin alcanza los 31 nudos a 3.000 rpm, un rendimiento respetable para una unidad de 15 metros orientada al confort. Sin embargo, este casco semiplaneador no va bien a gran velocidad.

La velocidad de crucero ideal es de unos 24 nudos, con un consumo de combustible optimizado. La alternativa de un IPS 700 o un Volvo 600 CV de línea de ejes ofrece opciones que se adaptan a los distintos perfiles de propietario, tanto si prefieren economía como potencia.

Confort acústico y visual

Dentro del puente de mando, el ruido del motor permanece contenido gracias a un cuidadoso aislamiento. Incluso a pleno gas, se puede mantener una conversación sin levantar la voz. Se ha realizado un excelente trabajo de insonorización, sin vibraciones ni efectos de resonancia a menudo presentes en los cruceros con cabina.

Las amplias zonas acristaladas ofrecen una visibilidad panorámica y aumentan la sensación de espacio. A cualquier velocidad, los pasajeros disfrutan de una conducción estable y un confort digno de yates más grandes.

Maniobrabilidad simplificada

Las vainas IPS permiten maniobrar de forma intuitiva en los concurridos puertos de la Costa Azul. El joystick garantiza una precisión que seducirá a los propietarios no acostumbrados a barcos de este tamaño. Para las travesías más largas, el mantenimiento del rumbo es tranquilizador, y el confort en el mar permite navegar durante largos periodos sin excesiva fatiga.

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