Desmantelamiento en el mar: reflejos esenciales para proteger a la tripulación y el barco

© François-Xavier Ricardou

El desguace es uno de los daños más graves que puede sufrir un yate en el mar. Sin embargo, una respuesta rápida y adecuada puede evitar a menudo que la situación se descontrole. He aquí lo que hay que saber y el equipo necesario para afrontar la situación con calma.

Todo navegante puede enfrentarse un día a la caída repentina de su mástil. Ya sea en regatas oceánicas o en cruceros costeros, la desarboladura es un shock, tanto en sentido literal como figurado. El reto es doble: proteger a las personas a bordo y evitar que el barco sufra daños irreversibles.

Aseguren inmediatamente a la tripulación

Cuando se desarbola un barco, el mayor riesgo es para la tripulación. Cables en tensión, velas emplumadas, un palo que flota y golpea el casco... Las escenas pueden ser violentas. Así que hay que :

  • comprobar la integridad física de cada miembro de la tripulación,
  • retire a todos los ocupantes de la zona del mástil derribado,
  • mantener a cada miembro de la tripulación en cubierta con su arnés. Sin el mástil, los movimientos del barco pueden ser sorprendentes.

Es esencial controlar el estrés a bordo y mantener la calma para facilitar las acciones posteriores. Tenga cuidado con el mareo, que puede aparecer muy rápidamente, ya que un yate sin mástil le hace chapotear en el agua. Es muy recomendable tomar pastillas contra el mareo como medida preventiva.

Evitar daños en el casco y el timón

Un mástil sumergido, arrastrado por detrás o junto al casco, puede actuar como un ariete. Por tanto, la prioridad es :

  • parar inmediatamente el motor (riesgo de dañar la hélice con los cabos o obenques),
  • ate o sujete el mástil si es posible,
  • cortar los elementos más peligrosos (obenques, estays, drizas) si suponen una amenaza.

Elegir entre mantener o abandonar el mástil

No existe una regla única. Si el mar está en calma y la verga puede recuperarse con seguridad, puede izarse a bordo con las drizas. En cambio, si el aparejo amenaza con perforar el casco o escorar el barco, es mejor soltar amarras.

Esta decisión se basa en :

  • el estado del mar,
  • la estabilidad del yate,
  • la posición del mástil y las fuerzas que ejerce.

Dejar el mástil en el agua significa perder equipo valioso, pero a menudo salva la embarcación.

Equipamiento esencial a bordo

Anticiparse al desguace también significa planificar las herramientas y accesorios adecuados. Un inventario bien pensado suele marcar la diferencia entre un daño que se ha podido controlar y una situación crítica. He aquí lo esencial:

  • Cuchillo marino de hoja fija para cortar rápidamente una cuerda tensada.
  • Cortacables útil para cortar obenques y puntales.
  • Guantes resistentes manipulación segura de cables y restos metálicos.
  • Sierra para cortar largueros o acceder a zonas dañadas.
  • Amoladora eléctrica a batería una sierra de arco no suele bastar para cortar el tubo del génova y del enrollador.
  • Faros estancos si el incidente se produce de noche.
  • Amarres y cabos para sujetar o amarrar temporalmente componentes dañados.
  • VHF impermeable portátil : esencial si la antena principal está dañada.

Este equipo debe guardarse en un compartimento de acceso rápido al alcance de la mano en la cabina.

Mantener las comunicaciones

En la mayoría de los yates, la antena VHF está situada en el tope del mástil. En caso de desarboladura, queda inutilizada. Por lo tanto, es esencial disponer a bordo de una VHF portátil resistente al agua.

Si la situación degenera o si estás lejos de la costa :

  • informe de su posición a CROSS a través del canal 16 de VHF,
  • activar una baliza de emergencia (EPIRB o PLB) si es necesario,
  • escucha atentamente las instrucciones.

Una comunicación eficaz permite a los servicios de emergencia intervenir rápidamente y tranquilizar a la tripulación.

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