Copa América: cinco equipos se alían para reformar la competición

La America's Cup entra en una nueva era. Cinco grandes equipos han creado una alianza para estructurar la organización de la competición a largo plazo. El objetivo: estabilidad, un calendario fijo y mayor acceso.

Un gobierno unificado para profesionalizar la America's Cup

Es un movimiento histórico para el trofeo más antiguo del deporte internacional. Cinco equipos participantes en la 38ª America's Cup han anunciado la creación de una estructura de gobierno conjunta. El nombre de esta entidad es America's Cup Partnership (ACP). Su papel: dar estabilidad deportiva, económica e institucional a un evento que, desde 1851, siempre se ha construido sobre una cierta forma de desequilibrio entre el Defensor y sus Challengers.

Los firmantes son Emirates Team New Zealand (NZL), Athena Racing (GBR), Luna Rossa Prada Pirelli (ITA), Tudor Team Alinghi (SUI) y K-Challenge (FRA). Sentarán las bases de esta nueva alianza en un evento que se celebrará en Nápoles el 21 de enero de 2026, un año antes de la próxima Copa.

Un calendario de dos años para garantizar la inversión a largo plazo

Ésta es, sin duda, la medida más estructurante de la nueva asociación. A partir de ahora, la America's Cup se disputará cada dos años. Esta regularidad responde a las expectativas de los organismos de radiodifusión, los patrocinadores y los socios logísticos. También permitirá a los equipos planificar mejor sus ciclos de desarrollo técnico y deportivo, evitando los largos periodos de incertidumbre que han marcado algunas ediciones pasadas.

También posiciona a la America's Cup en un modelo más fácil de entender a escala internacional, en línea con otros circuitos profesionales (Fórmula 1, SailGP, MotoGP...).

Una gestión independiente para romper con la lógica de la autocracia deportiva

Hasta ahora, la regla implícita era que el Defensor establecía las condiciones del evento. Este ya no será el caso con la ACP. A partir de ahora, la organización se confiará a un equipo de gestión independiente, dedicado únicamente a coordinar la logística, comercializar el evento y gestionar la competición de una edición a otra. El objetivo es romper con el dominio estructural del Defensor, garantizando al mismo tiempo la continuidad de los recursos.

Esta elección también refleja el deseo de profesionalizar el modelo de negocio de la Copa, con el fin de crear un producto más estable y atractivo.

Otro pilar de la asociación es la introducción de un sistema de reparto de ingresos y control de costes. Al poner en común determinados gastos (logística, seguridad, infraestructuras, etc.), los equipos pretenden hacer la competición más accesible a los nuevos participantes, sin igualar las condiciones técnicas. Esto también debería fomentar una mayor competitividad entre los equipos, al limitar las diferencias presupuestarias.

El sistema recuerda al de ciertas ligas profesionales cerradas, pero permanece abierto a nuevos aspirantes hasta el 31 de enero de 2026, fecha de cierre de inscripciones para la 38ª Copa de Nápoles.

Un escaparate tecnológico que se mantiene a la cabeza

La Copa América sigue siendo un laboratorio naval de alta intensidad. Los monocascos AC75 âeuros foiling alcanzan hoy velocidades superiores a los 55 nudos, con una instrumentación electrónica equivalente a la de cinco coches de F1 y más de 30.000 sensores a bordo. El desarrollo de un barco requiere más de un billón de horas de cálculo de simulación.

La nueva asociación garantiza que la innovación tecnológica seguirá estando en el centro del programa, con especial atención a los avances en materiales compuestos, herramientas de simulación y sistemas de a bordo.

La America's Cup para mujeres y jóvenes sigue siendo uno de los principales objetivos del proyecto. La asociación prevé que cada equipo incluya al menos una regatista a bordo del AC75 a partir de la edición de 2027, una primicia en la historia de la regata. Esto irá acompañado del mantenimiento de competiciones dedicadas a programas de formación, para crear un vínculo más directo entre los programas juveniles y las tripulaciones senior.

Para las federaciones nacionales, es una oportunidad concreta de estructurar un sector de alto rendimiento con una salida visible y de alto perfil.

Una señal clara para los profesionales de la vela

Al comprometerse con este gobierno colectivo, equipos como Luna Rossa y Tudor Team Alinghi pretenden tener una influencia más activa en el futuro de la Copa. Max Sirena (ITA) habla de una elección responsable para el futuro de generaciones de regatistas, mientras que Ernesto Bertarelli (SUI) ve en esta alianza la garantía de una estructura más transparente y colaborativa. El francés Stephan Kandler, del K-Challenge, lo ve como una forma de reforzar la presencia francesa en la historia de la Copa.

Más artículos sobre el tema