A pocos días de la salida de la Mini Transat 2023, el presidente de la clase Mini comparte su visión de las fuerzas en juego.
Jean, ¿puedes darnos una panorámica de la carrera antes de la salida?
Los 90 competidores, entre ellos 14 mujeres, se encuentran en los bloques de salida de Les Sables d'Olonne. Ya se han realizado todos los controles de seguridad y las sesiones informativas. Los controles médicos de los pilotos también están al día. Todo va bien.
Los pilotos empiezan a entrar en su burbuja. Al menos, los que están listos y han tenido tiempo de afinar su preparación. Siempre hay algunos Ministes que van un poco a la carrera y que trabajan hasta la víspera de la salida. Y luego, han tenido unas cuantas fiestas previas a la salida, que son inherentes a la clase Mini.
¿Y la organización?
La mayor parte del trabajo ya está hecho. La muerte de Marc Chopin en diciembre de 2022, que era el organizador de la Mini Transat, nos afectó mucho. Era una pieza clave y hubo que hacer un gran trabajo para tomar su relevo. Su sustituto, Emmanuel Versace, tomó el timón en circunstancias complejas. Pero todo el equipo ha hecho un gran esfuerzo para que los patrones tuvieran un gran evento.
¿Cómo ha gestionado la lista de espera para esta edición?
La clase Mini es claramente víctima de su propio éxito. No cabe duda de que la lista de espera era frustrante. Seguimos con la misma proporción que en ediciones anteriores. A grandes rasgos, cada clase, proto, serie y complementaria de la lista general, representa un tercio de los participantes.
El objetivo es ser justos y proteger las categorías que se encuentran en una situación delicada. Estamos tomando medidas y creando espacios de aire para proteger a los prototipos. La categoría "producción" es realmente homogénea y tiene un gran nivel.
Después del 31 de julio y de la última carrera clasificatoria, sabíamos que ningún otro proto podía aspirar a una plaza. El primer criterio sigue siendo el número de kilómetros en carrera.
¿Cómo va la clase Mini?
El éxito de la clase se está estabilizando un poco en comparación con los años posteriores a Covid, que fueron realmente ajetreados. Tenemos algo menos de 300 barcos miembros navegando todo el año. La saturación sigue siendo máxima, y sigue siendo complicado clasificarse. Las plazas de regata son necesariamente limitadas, por lo que los menos motivados se están retirando.
Esta saturación frustra sobre todo a los pilotos. Establecemos formularios de preferencia a principios de año para intentar satisfacer al mayor número posible de personas. Además, cada vez hay menos roturas en las carreras.
Por lo demás, tenemos un proyecto tras otro, sobre todo en el lado ecológico del Mini, y contamos con un gran equipo en la oficina para poner las cosas en marcha.
Recientemente se han dado casos de trampas en la clase Figaro. Cómo se gestiona este riesgo en la clase Mini?
El espíritu es realmente diferente. Evidentemente, los Ministes son competidores, pero afortunadamente no ha habido casos tan flagrantes como los del Figaro Paprec. Tenemos medidores que controlan los barcos durante todo el año. Pero, una vez más, el espíritu Mini es realmente diferente del que se ve en otras clases.
¿Y en qué punto se encuentran sus planes de carrera?
Sigo teniendo un Mini y este año he corrido un poco. Ahora me preparo para la clasificación de la Jacques Vabre en el Class 40 de Alberto Riva, que conocí en el circuito Mini. El barco acaba de ser botado en Italia y vamos a traerlo a Lorient para afinar nuestra preparación. Aún nos queda mucho trabajo por hacer, pero al igual que en Mini, aprovecho el momento y no me rindo.
