Con una potencia de hasta 400 CV, la Boston Whaler no tiene problemas para manejar esta potencia, más bien al contrario. Para nuestra prueba, teníamos en el espejo de popa un motor Mercury de 300 CV.

Así equipado, el rendimiento está dentro de lo normal, con un despegue en 4,5 segundos y una velocidad de crucero de unos 27 nudos, que es muy decente. A pleno gas, nos acercamos a los 51 km/h, lo que también está muy bien. Pero eso no es lo más importante.
Un casco más profundo y versátil
Si la generación anterior ya era famosa por su manera de manejarse en el mar, este nuevo casco confiere a la embarcación la capacidad de navegar más lejos. Seamos claros: el 250 Dauntless ya no está pensado sólo para aguas tranquilas, sino que es claramente capaz de enfrentarse a aguas agitadas, lo que lo hace aún más versátil. Además, el confort de la tripulación se ha mejorado aún más, y aquí tampoco se quejará nadie.

En cuanto a la potencia, un motor de 200 o 250 CV es obviamente una opción, sin que resulte demasiado blando.
En nuestra prueba, con un motor Mercury de 300 CV, la embarcación demostró una gran capacidad de respuesta. Muy rápida de planear, la Boston Whaler es luego muy agradable de manejar. Bien equilibrado, permite realizar giros rápidos sin preocupar al piloto ni a la tripulación y, sobre todo, con un nivel de confort muy elevado.
Si le gusta la potencia, la versión de 400 CV debería propulsar el barco a más de 50 nudos, convirtiéndolo en una embarcación verdaderamente deportiva, pero ¿es realmente razonable?