Un joystick firmemente arraigado en el mercado
Introducido a principios de la década de 2010 por Mercury y Yamaha, el joystick se ha convertido en una opción imprescindible en el catálogo de los fabricantes de motores fueraborda. Cada una de las 4 grandes marcas -Mercury, Yamaha, Suzuki y Honda- dispone de una opción de este tipo, con distintos grados de sofisticación. Aunque sigue siendo una opción cara, empieza a hacerse un hueco en el salpicadero. Aprovechamos la oportunidad de probar la última Yamaha de 350 CV para probar las distintas configuraciones y ventajas del HelmMaster, y comprender cómo lo que hace 10 años podía parecer un gadget se ha convertido en un elemento consolidado en muchas embarcaciones.
Maniobras portuarias intuitivas y simplificadas
El principal objetivo del joystick es facilitar las maniobras, sobre todo en espacios reducidos. Mientras que los navegantes experimentados saben instintivamente cómo dirigir su motor fueraborda, tanto marcha atrás como hacia delante, para virar a babor o estribor y acercarse al pantalán, la gimnasia puede resultar más compleja para el principiante. Todo lo que hay que hacer es apuntar con el joystick en la dirección que se desea gobernar y girarlo para producir la rotación deseada. Un simple movimiento sustituye a los numerosos giros del volante para mover el motor de un lado a otro y a las inversiones del acelerador.

La segunda ventaja en las maniobras es que los motores dobles pueden utilizarse para desplazar el barco lateralmente, para atracar junto al muelle. Esto es imposible con la dirección convencional, en la que los motores empujan siempre en la misma dirección, pero el software vinculado al joystick es capaz de girar los motores en diferentes ángulos, con empuje inverso, lo que anula el componente longitudinal y permite mover el barco perpendicularmente a su eje.
Para completar estas posibilidades de maniobra, algunas marcas proponen hélices de proa. El sistema HelmMaster de Yamaha, que pudimos probar, con una hélice de proa proporcional, garantiza realmente un control fino del desplazamiento lateral.

Ancla virtual, piloto automático y guiado, un joystick clave para nuevas funciones
El uso del joystick va más allá de las simples maniobras de atraque. En Yamaha, es la piedra angular del sistema HelmMaster y de sus múltiples funciones.
El software vinculado al joystick controla los movimientos de traslación y rotación de la embarcación. Junto con el sistema GPS, proporciona un sistema de posicionamiento dinámico de la embarcación. Esto abre un abanico de nuevas funciones para los navegantes, empezando por el ancla virtual, que mantiene la embarcación en un punto fijo en relación con el fondo marino. Esto puede ser útil para esperar a que se libere un espacio en el pantalán, o incluso para evitar el fondeo durante una parada corta en una zona con un fondo marino frágil. Las funciones de deriva controlada también son posibles para la pesca. En todos estos casos, la caja del joystick servirá de mando. También son posibles ciertos patrones de deriva o cuadrículas de áreas para facilitar la aproximación de un pescador.
El joystick también admite una serie de funciones de gobierno útiles para la navegación. Inicialmente, podrá sustituir al timón a bajas velocidades, hasta 6 nudos en Yamaha. La sensibilidad del joystick es ajustable, con varios niveles de potencia.

En el modo de piloto automático, puedes elegir mantener el rumbo o gobernar. Puede elegir mantener la proa hacia un waypoint dado o en un rumbo de brújula. Pulsando el joystick longitudinalmente ajustará la velocidad, mientras que un movimiento lateral le permitirá desviarse fácilmente del rumbo para evitar un obstáculo, antes de volver a él con un movimiento inverso. El joystick también puede utilizarse para cambiar de rumbo.
Equipamiento cómodo e intuitivo
En el momento de la compra, el precio del sistema de joystick dista mucho de ser indoloro, superando generalmente los 10.000 euros de los fabricantes, en función de las opciones disponibles. Para un motor pequeño, esto representa un porcentaje significativo del presupuesto, pero es menos el caso para motores dobles o incluso triples.
Para los navegantes experimentados, las maniobras manuales siguen siendo más económicas y aportan la satisfacción de atracar con éxito. Para los navegantes más novatos y con un presupuesto ajustado, el joystick simplifica sin duda el acceso a la embarcación. Artilugio para los primeros, el joystick es indispensable para los segundos. En un momento en que la industria náutica busca atraer a los navegantes menos experimentados, no cabe duda de que este dispositivo podría convertirse en esencial, al menos comercialmente.