El Musée Maritime de Nouvelle-Calédonie, situado en Numea, es el lugar ideal para comprender la historia náutica del Pacífico. Gracias a un meticuloso trabajo de conservación y a un enfoque inmersivo, invita a los visitantes a un viaje a través de los siglos, entre la exploración, el comercio y la navegación. Es un homenaje a nuestro patrimonio marítimo y a quienes han dedicado su vida a preservar su memoria.
Del misterio de La Pérouse a la creación del Museo Marítimo
En 1791, los navíos La Recherche y L'Espérance, al mando de Joseph-Antoine Bruny d'Entrecasteaux, zarpan de Francia en busca de La Boussole y L'Astrolabe, desaparecidas en 1788. Estas dos fragatas habían zarpado de Brest en 1785 en una expedición científica, pero encallaron llevándose consigo a 220 marineros y científicos. D'Entrecasteaux murió en el mar antes de poder localizar el lugar del naufragio.

En 1826, el aventurero y comerciante irlandés Peter Dillon identificó el lugar de la tragedia en Vanikoro, en las Islas Salomón. Al año siguiente, recogió testimonios de los habitantes y recuperó varios objetos de la expedición.

Al mismo tiempo, entre 1826 y 1829, el capitán Dumont d'Urville dirigía una misión de exploración en el océano Antártico. Informado del descubrimiento de Dillon, hizo escala en Vanikoro. A cambio de algunos tejidos, los isleños le llevaron al lugar del "Fausse Passe", donde descubrió los restos de uno de los barcos. Recuperó muebles de La Boussole y erigió un monumento en memoria de La Pérouse y su tripulación.
En 1981, Alain Conan, nacido en Nantes pero neocaledonio de adopción, marino apasionado por la historia, fundó en Numea la Asociación Salomon con un grupo de amigos, movido por un único objetivo: comprender la desaparición de las dos fragatas enviadas por Luis XVI al mando de Jean-François de Galaup, conde de La Pérouse. Un misterio que le fascinaría el resto de su vida.

Durante 36 años, Alain Conan llevó a cabo una investigación incesante. Bajo su dirección se organizaron 8 expediciones arqueológicas entre 1981 y 2008, 3 de ellas en colaboración con la Marina francesa y el DRASSM (Département des recherches archéologiques subaquatiques et sous-marines). Los descubrimientos fueron notables. Dada la riqueza de los objetos descubiertos, él y su equipo se pusieron manos a la obra para crear el Museo Marítimo de Nueva Caledonia, que hoy alberga una extraordinaria colección.

Alain Conan murió en el mar el 6 de marzo de 2017 durante una inmersión en el arrecife de Sournois, en Nueva Caledonia. Sin su compromiso, el yacimiento nunca habría visto la luz.
Una exposición permanente bajo el signo del vínculo
Con casi 2.000 objetos procedentes de pecios de Nueva Caledonia y del yacimiento del naufragio de La Pérouse, la exposición permanente del Musée Maritime de Nouvelle-Calédonie pone de relieve los vínculos históricos y marítimos entre pueblos y continentes. Concebida en torno al concepto "Conectar - Estar conectado", la inmersiva museografía ofrece una exploración dinámica de 4 grandes temas.
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La Pérouse, una expedición en el Siglo de las Luces
En 1785, Jean-François de La Pérouse toma el mando de una expedición científica encargada por Luis XVI. A bordo del Astrolabio y la Brújula, partió para explorar el Pacífico. Su viaje tuvo un trágico final en 1788, en Vanikoro. Gracias a las excavaciones arqueológicas, el museo posee hoy en día una colección única de objetos procedentes del lugar del naufragio, entre ellos instrumentos de navegación, vajillas, armamento y reliquias de los distintos puertos de escala.

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Voiles du commerce, tras la estela de los gigantes del mar
A partir del siglo XIX, Nueva Caledonia se convirtió en una encrucijada para el comercio marítimo. El sándalo, el guano y el níquel alimentaron un intenso tráfico. El museo recorre la historia de los grandes veleros mineraleros, como el France II y el Roanoke, que surcaron estas rutas comerciales. Destaca la colección Tacite, que recuerda el papel vital de estos veleros mercantes, que empezaron a abastecer el archipiélago en 1873.


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Nuevos enlaces caledonios, tráfico marítimo en la laguna
Antes del desarrollo de la aviación y las infraestructuras viarias, el mar era el principal medio de transporte en Nueva Caledonia. Piraguas, cúteres y costeros proporcionaban suministros y viajes.



La construcción del faro de Amédée en el siglo XIX atestigua la importancia de la señalización marítima ante el aumento del tráfico.


El museo también repasa acontecimientos significativos como la trágica desaparición de la montaña rusa Monique en 1953.

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Migración marítima, embarque para Nueva Caledonia
Nueva Caledonia ha conocido varias oleadas migratorias, iniciadas hace más de 3.000 años por los pueblos oceánicos. Tras el descubrimiento del archipiélago por los británicos en 1774, Francia tomó posesión del territorio en 1853, desencadenando nuevos flujos migratorios. La exposición pone de relieve estos movimientos de población y se remonta al desembarco de las tropas americanas en Nueva Caledonia durante la Segunda Guerra Mundial.

Colecciones ricas en historia marítima
Las colecciones del Museo Marítimo de Nueva Caledonia, que cuentan ya con más de 9.000 objetos, son fruto de las campañas de excavación llevadas a cabo por las asociaciones locales Fortunes de mer y Salomon. Cerca de la mitad de los objetos proceden de los pecios del Boussole y el Astrolabe, barcos emblemáticos de la expedición de La Pérouse. El resto de la colección se compone de objetos procedentes de pecios de la región, entre los que se encuentran buques de guerra como el Seine (reliquias de la época americana), veleros comerciales como el Tacite, y mineraleros a vela como el Roanoke y el Ville de Saint-Nazaire.

Por último, el museo también conserva una variedad de objetos marítimos que representan alrededor del 10% de sus colecciones, como equipos de faros y balizas, instrumentos de navegación, mapas y modelos de barcos adquiridos mediante donaciones o depósitos.


El laboratorio de tratamiento de objetos arqueológicos
El museo dispone también de un laboratorio especializado en el tratamiento y la conservación de la colección arqueológica procedente de los pecios marítimos de Nueva Caledonia y de la expedición de La Pérouse. Así se cuidan más de 8.000 objetos o fragmentos de artefactos hallados tras siglos en el fondo del mar.

Fabricados con materiales tan diversos como madera, cuero, tejidos, hueso, marfil, vidrio, metal y cerámica, estos objetos se han debilitado por la acción de la sal marina, que ha degradado su estructura con el paso del tiempo. Gracias a las técnicas modernas, el laboratorio puede tratar estas reliquias para que se conserven en las mejores condiciones posibles.


Escape Game: una aventura inmersiva para escolares
El Museo Marítimo de Nueva Caledonia también ofrece una experiencia educativa y divertida para escolares en forma de Juego de Escape que tiene lugar en una de sus zonas de exposición. Los participantes disponen de 50 minutos para resolver los enigmas y escapar de la sala. Su objetivo: descubrir un cofre que contiene un tesoro y, sobre todo, la llave de su libertad. Diseñado por el profesor de historia y geografía Patrice Fesselier-Soerip, miembro del equipo educativo del museo, el juego está dirigido a alumnos de secundaria a partir de 6e. Es una forma original de aprender historia marítima divirtiéndose. El juego tiene capacidad para una clase de hasta 24 alumnos. El precio es de 4000 CFP (profesor incluido) y 350 CFP por adulto acompañante.

Los precios del Museo Marítimo son los siguientes (precios de 2025):
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Precio completo: 1.000 CFP
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Tarifa Senior (mayores de 60 años): 700 CFP
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Niños de 6 a 18 años, solicitantes de empleo, estudiantes (previa presentación de un justificante): 500 F
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Precio familiar (2 niños + 2 adultos): 2.000 CFP
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Menores de 6 años, discapacitados, miembros del museo, titulares de la tarjeta ICOM: gratis
