La increíble aventura de Small World: cruzar el Atlántico en globo y a vela en 1958

4 días en un globo de hidrógeno y 24 días a vela: ésta fue la singular aventura de tres hombres y una mujer que se lanzaron a cruzar el Atlántico en 1958. Un miembro de la tripulación, el arquitecto y navegante escocés Colin Mudie, había diseñado una góndola-velero que los salvaría a todos. Su nombre: Small World.

En junio de 1958, una tripulación de tres hombres y una mujer emprendió una travesía sin precedentes del Atlántico en un globo de hidrógeno. Fue un proyecto ambicioso que rápidamente se convirtió en una lucha de 24 días por la supervivencia después de que la góndola zozobrara. Fruto del ingenio del arquitecto y navegante escocés Colin Mudie, la góndola, convertida en barco, se convirtió en un elemento crucial para la tripulación. He aquí su historia, basada en los hechos relatados por Rosemary Mudie en Mira y aprende semanario publicado en 1965.

Tras las huellas de los alisios

La historia de esta extraordinaria travesía comenzó cuando Colin Mudie, su esposa Rosemary y su amigo Bushy Eiloart cenaban para hablar de sus anteriores viajes transatlánticos. " Colin señaló que todos estos viajes habrían sido más secos y mucho más rápidos si hubiéramos podido flotar en un globo a treinta metros sobre el mar, con los vientos alisios llevándonos directamente a nuestro destino." recuerda Rosemary Mudie. Este sueño de una escapada aérea pronto se convirtió en un proyecto concreto. Colin Mudie era un hombre de muchos talentos, famoso por su habilidad para diseñar máquinas de carreras y réplicas de veleros históricos. Su primera travesía transatlántica, en 1951 con su amigo Patrick Ellam a bordo del crucero Sopranino, un velero de 19 pies, ya había dejado huella.

El equipo pronto se vio reforzado por el hijo de Bushy, Tim, un estudiante de 21 años. Se pusieron en contacto con el departamento de la Universidad de Bristol, célebre por sus investigaciones sobre globos sonda, y con el profesor Powell, Premio Nobel de Física. A finales de los años 50, el objetivo de una travesía en globo se convirtió en una oportunidad para estudiar las condiciones meteorológicas y aerológicas de los vientos alisios a gran altitud. El Imperial College of Science de Londres también se ofreció a prestar instrumentos de medición esenciales para la expedición.

Diseño innovador

Colin Mudie se dedicó a crear un globo con una envergadura impresionante, de 14 metros de diámetro y capaz de contener 1.500 metros cúbicos de hidrógeno.

También ideó una barquilla ingeniosamente diseñada para transformarse en velero en caso de aterrizaje inesperado en el agua.

Los especialistas recomiendan el uso de materiales modernos para la envoltura: un tejido Tergal recubierto de neopreno, que garantiza robustez y ligereza. Rosemary Mudie explica las dificultades inherentes a este diseño: " En teoría, y en condiciones estables, nuestros 53.000 pies cúbicos de hidrógeno podrían levantar 3.600 libras. En la práctica, las condiciones nunca son estables y hay que vigilar constantemente el altímetro. El calor puede expandir el gas y hacer que te eleves, o una corriente térmica puede atrapar el globo y elevarlo como una cometa. Para controlar el ascenso y el descenso, el piloto debe soltar lastre, normalmente arena, o soltar gas ."

Por último, se integra un dispositivo de frenado suspendido bajo la cesta y materializado por una cuerda de arrastre de 80 libras (aproximadamente 36 kilogramos). Al estar sumergido en el agua, aumenta la resistencia y alivia la carga en función de la altura, al tiempo que proporciona un apoyo adicional cuando el globo se eleva sobre el mar.

Démonstration du couchage à bord
Demostración de cómo dormir a bordo

Preparación meticulosa

El 12 de diciembre de 1958 llegó el momento tan esperado: la tripulación despegó de la playa del Médano, en Tenerife. A los mandos, el capitán Bushy Eiloart y su hijo Tim, que actuaron como operadores de radio y meteorólogos, junto con el dúo formado por el diseñador-navegante Cohn Mudie y la fotógrafa Rosemary Mudie, emprendieron una travesía sin precedentes de 3.600 millas del Atlántico, convirtiendo al Small World en el primer globo en embarcarse en una aventura de este a oeste. Durante casi 3 años, planearon meticulosamente esta expedición, aprendiendo a construir y pilotar su propio globo, al tiempo que se aseguraban de que el diseño de la nave pudiera acomodar con seguridad a los miembros de la tripulación más allá de todo precedente. Los esfuerzos de Bushy por conseguir el patrocinio del Reino Unido contribuyeron a ultimar los preparativos y dar vida al proyecto de travesía.

La aventura Small World marca el inicio de un viaje extraordinario que combina innovación técnica y audacia humana. Tras años de preparación y un exitoso despegue desde Tenerife, la tripulación partió a través del Atlántico en su globo de hidrógeno. Pero este ambicioso proyecto, respaldado por proezas de la ingeniería, pronto se topó con los caprichos del mar y los elementos. Este fue sólo el principio de su épico viaje. Lo que sigue, marcado por un naufragio inesperado, revelará toda la fuerza y el ingenio de la tripulación frente a la adversidad. Descubra cómo lucharon por sobrevivir en la segunda parte de esta serie.

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