Sailing Scout: ¿cómo se endereza un trimarán volcado?

En este segundo artículo que cuenta la historia del trimarán Sailing Scout, descubrirás cómo Jake y Molly consiguieron poner patas arriba su multicasco en una playa tras un huracán. Fue una operación ambiciosa, llevada a cabo con recursos financieros limitados y mucho ingenio.

Molesto por el huracán Beryl

Aparecido en una playa de las Granadinas, el trimarán Sailing Scout estaba en mal estado. En la isla no hay forma de devolver al agua este trimarán de 3,5 toneladas. Las únicas empresas capaces de realizar esta operación se encuentran en una isla vecina, y cobran precios prohibitivos.

Fiel a su estilo, Jake decidió utilizar el sistema D y devanarse los sesos. Empezó levantando el trimarán con una carretilla elevadora, con la capacidad justa para soportar parte del trimarán sobre una altura de 1,50 m.

Tras apuntalarlo con tocones y grandes bidones de aceite, Jake pudo ver mejor la cubierta, que se había agrietado en varias partes durante el encallamiento. Esta operación también le permitió encontrar el mástil, que había quedado enterrado en la arena y se había roto en dos pedazos durante el vuelco.

Una operación delicada con recursos financieros limitados

Tras pensárselo mucho, Jake decide un plan de acción. El objetivo es deslizar el trimarán volcado metro a metro de vuelta al agua boca abajo. Con los dos flotadores intactos, proporcionarán la flotabilidad necesaria para mantener el trimarán a flote boca abajo.

Después de esta primera etapa, el trimarán será remolcado boca abajo en medio de la bahía, hasta situarse junto a una enorme grúa instalada en una barcaza. Esta grúa, más asequible, podrá levantar fácilmente el trimarán.

Un plan fluido

Jake decidió entonces fijar grandes cornamusas a la cubierta, perpendiculares al eje del casco central. El objetivo era evitar causar más daños cuando el multicasco se deslizara por la arena.

Con otro carro, de capacidad ligeramente superior, Jake empuja suavemente al Sailing Scout los pocos metros que lo separan de la orilla. A pesar de las cornamusas, el trimarán cruje y sufre un poco durante la maniobra. Pero no había otra solución.

Tras alcanzar una profundidad de 1 m, el trimarán flotó boca abajo y se mantuvo dentro de sus líneas. Con la ayuda de dos embarcaciones auxiliares, cada una amarrada a un flotador, el trimarán, aún boca abajo, puso rumbo a la barcaza fletada para ayudar a las numerosas embarcaciones varadas en la bahía.

Tras pasar una fuerte correa por el antebrazo, la máquina enderezó fácilmente el pequeño trimarán. Fue un momento emotivo para Jake, que descubría por primera vez su multicasco en posición vertical.

Una bomba de achique saca el agua del casco central, que no hace agua. Una vez desmontado el motor intraborda por Jake, este extraño convoy regresa al fondeadero en fila, esta vez en la dirección correcta.

El génova y la vela mayor se encontraron bajo una gruesa capa de arena. Todo el conjunto había sufrido un poco durante el huracán, pero fue enjuagado directamente en el mar para ser restaurado.

El resto del trabajo se dedicará ahora a restaurar la cubierta, que ha sufrido un poco, lo que no es mucho para un multicasco que ha pasado por un huracán.

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