Ensayo / Prueba del Antarès 9 con mar gruesa: el viento de Mistral pone a prueba el mantenimiento del rumbo y el confort

© Maxime Horlaville / Beneteau

Nos dirigimos a la bahía de Cannes para una prueba en condiciones difíciles. 20 nudos constantes del oeste y mar corta estaban a la orden del día. Condiciones perfectas para evaluar sin riesgos el comportamiento en el mar, el comportamiento del casco y la ergonomía de la navegación.

La prueba del Antarès 9 se llevó a cabo en condiciones de viento sostenido, con un flujo del oeste que soplaba a 20-25 nudos constantes, con rachas y un chop corto de 40-60 cm. Una situación ideal para calibrar el comportamiento de este timonel familiar frente a los elementos.

Fácil de montar, a pesar de las fuertes rachas de viento

Al salir de Port Canto en Cannes, la maniobra de salida transcurrió sin contratiempos. La hélice de proa desempeñó su papel eficazmente a pesar de las rachas, pero mostró sus limitaciones cuando se trataba de girar el barco con viento cruzado. Es una ayuda bienvenida, pero no suficiente con rachas superiores a 25 nudos.

Nuestro modelo de pruebas está propulsado por dos motores Mercury V6 de 200 CV cada uno.

El puesto de gobierno ofrece una posición de conducción natural, tanto si se está sentado como de pie. El volante, que no se inclina, no impide en absoluto el movimiento ni el acceso a la puerta de babor. Todos los mandos están agrupados en un salpicadero ergonómico y bien organizado. La pantalla táctil Garmin ocupa una buena mitad del panel, ofreciendo una visualización clara y legible tanto de la cartografía como de los datos de la sonda. La pantalla VesselView completa la información del motor.

Buena visibilidad y refugio eficaz

Al salir del puerto, el puente de mando cerrado ofrece un refugio apreciable. La puerta corredera a babor proporciona ventilación sin exponer demasiado al piloto. Sin embargo, es difícil mantenerla abierta cuando se navega, a menos que se reduzca la velocidad.

La visibilidad es buena, incluso con foils. El amplio acristalamiento integral proporciona un campo de visión casi completo de 360 grados, esencial para la vigilancia costera. Los limpiaparabrisas de pantógrafo, con lavaparabrisas integrado, resultan eficaces cuando una ola barre el parabrisas.

Un casco estable, pero exigente en aguas agitadas

En mares de frente, con un oleaje corto y picado, hay que salvar el casco. A altas velocidades, los impactos se secan rápidamente. Lo mejor es reducir la velocidad a entre 16 y 18 nudos para mantener un paso cómodo.

Con el trimado bajado al máximo, el casco se mantiene estable y no golpea en exceso, pero la sensación a bordo se vuelve rápidamente incómoda si se insiste. Por otro lado, el mantenimiento del rumbo sigue siendo tranquilizador.

La velocidad máxima alcanzada durante la prueba fue de 33,2 nudos a 5.800 rpm, con tres personas a bordo y el depósito lleno. La velocidad de crucero óptima, que combina eficacia y confort, se sitúa entre 19 y 21 nudos a unas 4.300 a 4.500 rpm. El consumo de combustible a esta velocidad es de unos 68 litros por hora para los dos motores.

Comportamiento seguro en la casa de campo

En las curvas, la Antarès 9 es sorprendentemente ágil. El barco engrana bien sin perder adherencia, y las hélices de cuatro palas proporcionan un buen agarre. La dirección hidráulica, que es un poco firme, se beneficiaría de una mayor flexibilidad para mejorar la maniobrabilidad a velocidades medias, especialmente al realizar giros cerrados en U.

En el interior, las vibraciones están bien contenidas y el nivel de ruido sigue siendo muy agradable cuando se navega a velocidad constante. Entre 19 y 23 nudos, el puente de mando sigue siendo un espacio agradable, sin necesidad de gritar para hacerse oír.

El salón elevado permite aprovechar al máximo el panorama, al tiempo que mejora el espacio para la cabeza en la cabina de invitados. Este desplazamiento también beneficia a la estabilidad general, ya que el centro de gravedad está ligeramente más bajo.

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