Durante 4 meses, Daniela, Marvin y Tara visitaron la isla de la Reunión, de donde es originario Marvin. Tras 72 horas de tránsito, aislamiento y numerosas pruebas de PCR, la pequeña familia pudo finalmente reunirse con su velero Nomad Citizen en Portimao, Portugal.
Por el momento, el barco está desarbolado y amarrado. Con Portugal confinado y la navegación prohibida, la tripulación se lo toma con calma y aprovecha para poner a punto el reacondicionamiento de invierno.
Empezando por la instalación de un adhesivo en el casco, especialmente diseñado por el artista bretón Alain Coadou, que representa un calamar gigante. Marvin también instala la aleta en la punta del mástil, más fácil con el barco desarbolado.
Daniela procedió a una gran limpieza interior, ya que el barco había permanecido deshabitado durante 4 meses, sin ninguna ventilación. Han aparecido manchas de moho en los revestimientos.
Por lo tanto, la familia está muy ocupada antes de la refundición de su yate -prevista para esta misma semana- y de la autorización para navegar.
