Tras un agradable día de playa con los amigos, el día siguiente lo dedicamos a visitar las montañas y los encantadores pueblecitos enclavados en las colinas. Con tres niños a bordo, y la lluvia de la mañana, el grupo prefirió alquilar un coche en tierra antes que quedarse encerrado en el barco con tres niños.
Las tormentas volvieron durante la noche y Marvin aprovechó para hacer fotos de los rayos. Un momento que le trae recuerdos de sus viajes en barco al Glénan cuando era niño.
Al día siguiente, Marvin se entrega a su actividad favorita, la pesca submarina, que ahora puede practicar legalmente al tener su licencia. Un precioso sésamo obtenido con dificultad tras varios días de trámites administrativos. Por desgracia, una vez más volvió con las manos vacías.
En la última noche de Marvin a bordo del Nomad Citizen -tiene que volver a Francia al día siguiente- la pareja descansa y disfruta de una hermosa puesta de sol. Sus amigos se han marchado y ahora Daniela debe preparar su viaje a Serbia -de donde es originaria- con su pequeña Tara.