Como ya anunciamos la semana pasada en el anterior episodio de Vela Ciudadana Nómada, Daniela no está presente en este nuevo episodio. Embarazada de su segundo hijo (ya ha dado a luz a un niño) y enfrentándose a un fuerte mareo, prefirió quedarse en tierra con su pequeña hija Tara.
Es así, entre hombres y de forma bastante intensa, como se desarrolla este convoy a Gibraltar. Marvin está acompañado por Loury, un aventurero y explorador, especializado en supervivencia y expediciones extremas. Tras instalar el hidroavión (un regulador de velocidad), los dos hombres salieron de Formentera a vela. El programa incluía 20 nudos de viento y rachas de 22 nudos para una velocidad media de 7 nudos y ¡surfear a 9 nudos! En definitiva, felicidad por el inicio de este viaje de entrega.
Sin embargo, el viento amainó y tuvieron que continuar con motor. Esto les obligó a detenerse en el Cabo de Gata, un cabo situado al sur de la Península Ibérica, para llenar sus depósitos de combustible. Su reserva no es suficiente para continuar y el viento parece bastante ligero para los próximos días.
Con 10 nudos de viento y una velocidad de 5 nudos continúa esta segunda jornada de navegación (tras las guardias nocturnas y el repostaje en boxes). Marvin aprovechó estas condiciones de calma para trabajar.
Al final del día, los dos hombres llegaron al Cabo de Gata para dejar pasar el esperado vendaval sobre Gibraltar: un viento del sureste (de ceñida) de 25 a 30 nudos. No es la forma más agradable de navegar. Aprovecharon para bajar a tierra y entrenar para el Marathon des Sables que Loury correrá próximamente.
