¿Qué catamarán para qué programa?

Cuando uno se acerca al mercado de los catamaranes de vela, descubre una gama muy amplia de barcos con características a veces muy diferentes. ¿Cómo se puede ordenar y encontrar el camino?

El peso, un indicador de rendimiento

Para ir rápido a vela, hay que ser ligero. Al no tener la obligación de llevar lastre (como un monocasco que debe tener peso al final de la quilla para mantener el equilibrio), el multicasco se apoya en su casco de sotavento para evitar volcar. Por lo tanto, estas embarcaciones pueden seguir siendo ligeras.

Sin embargo, la multiplicación de los equipos con la demanda de confort a menudo conduce a un sobrepeso que va en detrimento del rendimiento. Así que compara el peso estimado de los barcos para darte una buena idea del rendimiento.

Derrape, ¿sinónimo de velocidad?

Esto no es cierto Por supuesto, la posibilidad de elevar las orzas cuando no se necesiten a favor del viento limitará la superficie mojada y le hará ganar un poco de planeo. Por otro lado, cuando se navega de ceñida con las orzas bajadas, sin duda se ganará algo de rumbo al navegar mejor de ceñida (por lo que se ganará en tiempo de desplazamiento). Pero aparte de eso, las orzas no ofrecen ninguna velocidad extra en un multicasco de crucero.

En el mejor de los casos, cuando se sabe cómo manejarlos, permiten evitar la desarticulación o ponerse en el tejado en caso de mar gruesa y mal tiempo. Pero es un elemento más a gestionar en el mar.

Volumen y espacio

El catamarán suele describirse como una espléndida plataforma de acceso al mar. Algunas marcas, como Lagoon, han impulsado el concepto para ofrecer cada vez más espacio vital y más comodidad, en detrimento del peso. Plataforma de baño motorizada, faldón extra ancho, baño de sol en todos los niveles... Todo está pensado para la vida a bordo, excepto quizás... la navegación. En efecto, con los puestos de mando alejados de la vida a bordo y con las botavaras en alto para no molestar a los pasajeros, estos yates resultan difíciles de manejar a vela, lo que a menudo incita a los navegantes a utilizarlos a motor.

¿Exceso o laguna? ¿Por qué dos marcas en el mismo patio?

El Grupo Bénéteau ha desarrollado la marca Lagoon y desde hace dos años ha lanzado una segunda marca, Excess. Estos yates responden a las expectativas de una clientela más joven a la que le gusta navegar en multicascos, pero para la que los yates Lagoon estaban demasiado marcados como "navegación tranquila". Sin proponer yates extremos, Excess juega con ciertos códigos para ofrecer a sus navegantes yates con una imagen más deportiva. Además de los colores, también es la posición de las barras en la parte posterior de los flotadores, lo suficientemente baja en el agua para sentir el sabor del rocío. También es la ausencia de Fly lo que permite bajar el plano de la vela. También es un Bimini de lona que se pliega para vigilar sus velas. Tantas soluciones visibles e identificables para que los navegantes tengan la sensación de navegar en yates con caracteres diferentes. Aunque al final, la capacidad y el confort de las dos marcas siguen siendo bastante similares.

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