Cerca de 40.000 unidades fabricadas

Diseñado en 1962 por André Cornu, fue construido inicialmente por el astillero Morin de Pessac. A principios de los años sesenta, la introducción del poliéster revolucionó la construcción de pequeñas embarcaciones. Esta nueva técnica simplificó la fabricación de cascos moldeados, que antes resultaba compleja y costosa con materiales tradicionales como el contrachapado o la madera laminada.
Entre 1960 y 1965, este periodo fue testigo de la aparición de numerosos barcos de vela ligera, entre los que destacaron rápidamente el 470 y el 420. En aquella época, el 470 se consideraba un barco intermedio, situado entre las embarcaciones para principiantes, como el Vaurien, el Mousse y el 420, y las embarcaciones muy técnicas, como el 505 o el Flying Dutchman.
El mercado del 470 se expande a escala internacional y, en 1966, varios astilleros europeos obtienen la autorización para fabricar esta embarcación. A pesar de ello, Jean Morin siguió construyendo un gran número de estos barcos, hasta 1.500 al año, a un precio atractivo que atrajo a los mejores regatistas franceses. Muchos de los grandes nombres de la vela francesa han navegado en el 470, como Michel Briand, los hermanos Pajot, los hermanos Follenfant y los hermanos Péponnet.
Un medio versátil

Mide 4,70 m de eslora (de ahí su nombre) y pesa 118 kg. Tiene una superficie vélica de 12,60 m2 en ceñida, complementada por un venerable spinnaker simétrico de 12 m2.

Adecuado para navegantes de tamaño medio, el 470 es una embarcación ultracompleta, capaz de competir tanto con mar en calma como con mar gruesa. Es lo bastante robusto para navegar con mar gruesa y vientos fuertes, pero también para rendir con poco viento

En cuanto a los precios, la oferta del mercado es muy amplia. Por un modelo de segunda mano pensado para salir los domingos, hay que pagar unos 2.000 euros por una unidad en buen estado. Pero la factura puede ascender a casi 30.000 euros por un modelo nuevo listo para los Juegos Olímpicos.

Una serie olímpica desde hace casi 50 años
Inscrita en los Juegos Olímpicos de Montreal en 1976, sólo una tripulación francesa ha ganado una medalla. En Seúl 1988, Thierry Péponnet y Luc Pillot se trajeron a casa una bonita medalla de oro, al igual que Jean-Yves Le Déroff y Nicolas Hénard en Tornado.

Varios astilleros de todo el mundo poseen la licencia de fabricación, entre ellos Boutémy, 2win y Nautivela, siendo este último el más exitoso en los circuitos de alto nivel.
Desde 2021, en la clase 470 compiten dobles mixtos. Aunque las exigencias físicas son menores que en otros tipos de yates, la tripulación desempeña un papel crucial en el trimado, la táctica y la estrategia para optimizar el rendimiento en el agua.
