Antes de confiar su motor a un profesional, muchos navegantes optan por realizar ellos mismos parte del mantenimiento rutinario. Pero los cambios de aceite y las sustituciones de filtros no se hacen al azar. Hay algunas cosas que debe saber para evitar errores, averías tontas e incluso riesgos mecánicos más graves. He aquí los puntos clave del mantenimiento del motor que puede realizar un buen aficionado al bricolaje.
Cambio de aceite del motor: ¿cada cuántas horas o años?
Un motor diesel marino no funciona como un coche. Puede funcionar poco tiempo, pero estar parado mucho tiempo. Por eso, los cambios de aceite suelen realizarse cada 100 o 150 horas de funcionamiento, o al menos una vez al año si la embarcación no se utiliza mucho. Algunos motores toleran hasta 200 horas, pero es mejor apuntar alto. Por debajo de 50 horas al año, la lógica del calendario prevalece sobre la del horario. No se trata sólo de la cantidad de aceite, sino también de su calidad, porque el tiempo lo degrada.
Aceite de motor: ¿mineral, semisintético o sintético?
Los motores diésel marinos más antiguos prefieren los aceites minerales, que son menos detergentes. Los motores modernos aceptan fácilmente los aceites semisintéticos o sintéticos, que son más estables a altas temperaturas. Lo principal es respetar la viscosidad recomendada (a menudo 15W40 para los motores marinos) y no cambiar el tipo de aceite sin limpiar el sistema. En crucero, se recomienda encarecidamente llevar a bordo un recipiente de recarga para rellenar en caso de consumo anormal.

Filtro de aceite: cambie siempre el aceite
Es una regla sencilla pero obligatoria: el filtro de aceite debe sustituirse en cada cambio de aceite. Retiene partículas metálicas y residuos de combustión. Desenróscalo con una llave especial y lubrica la nueva junta antes de enroscarlo a mano. Nunca lo fuerce.
Aceite diluido en gasóleo: una trampa invisible
La presencia de gasóleo en el aceite del motor a veces se delata por una varilla que huele a GO. Esto puede ser el resultado de repetidos arranques en frío o de fallos en la inyección. Un nivel de aceite que sube sin explicación debe ser motivo de alarma. El riesgo es doble: pérdida de viscosidad del aceite y subida del gasóleo a la parte superior del motor. Por lo tanto, se recomienda un cambio de aceite inmediato. Y si el fenómeno se repite, es esencial una revisión más exhaustiva por parte de un mecánico.
Circuito de refrigeración: no se deje engañar por las apariencias
Un motor marino puede refrigerarse directamente con agua de mar o mediante un circuito de agua dulce a través de un intercambiador. En todos los casos, es útil realizar una revisión anual. En los motores de circuito cerrado, el refrigerante debe cambiarse cada 2 ó 3 años. En los motores refrigerados por agua de mar, lo mejor es inspeccionar los depósitos de sal, cualquier fuga y, sobre todo, el impulsor de la bomba de agua de mar.

Rodete de la bomba de agua: el caro trocito de goma
A menudo es el culpable del sobrecalentamiento. El impulsor se desgasta con el tiempo, sobre todo si funciona en seco. Debe revisarse una vez al año y sustituirse cada dos años, o incluso cada año si el motor se utiliza mucho. Tener una turbina de repuesto a bordo es una buena precaución.
Descalcificación del motor: útil pero no mágica
El ralentí durante horas al entrar o salir de puerto obstruye los motores. Un buen acelerón periódico bajo carga, al 80% de las revoluciones máximas, durante 20 minutos puede limitar la acumulación de depósitos de carbonilla. También se puede añadir un aditivo, pero es mejor actuar sobre el propio régimen del motor. Tenga cuidado de no sobrecargar un motor frío. Los motores con turbocompresor también deben acelerarse con regularidad. Si funciona a bajas revoluciones durante demasiado tiempo, el turbo no girará y se dañará. Acuérdate de acelerar

Filtro de combustible: cámbielo con regularidad, especialmente después del invierno
El filtro de gasóleo (y su decantador) debe vaciarse con regularidad. Almacena agua e impurezas en los depósitos. Después del invierno o de un repostaje dudoso, debe sustituirse. Si el filtro está obstruido, el motor puede pararse sin previo aviso. Algunos modelos disponen de una bombilla para facilitar el cebado del circuito y volver a arrancar el motor después de sustituir el filtro.
En resumen, el mantenimiento del motor diésel de un velero no tiene nada de ciencia espacial, pero requiere rigor y método. Unos sencillos pasos le ayudarán a disfrutar de una mayor tranquilidad en el mar, al tiempo que prolonga la vida útil de su motor. Y, sobre todo, mantener el control.

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