Después de más de un año encallado, provocado por la tormenta Dana el 14 de agosto de 2024, el Helisara finalmente no pudo sobrevivir a los violentos vientos de poniente de noviembre de 2025. El resultado fue desastroso: miles de fragmentos de fibra de vidrio, plástico y materiales de construcción esparcidos por las aguas del Parque Natural de Salines.
Intervención tardía

Las autoridades locales habían manifestado su voluntad de hacerse cargo de la retirada del yate, con el fin de facturar los costes a los propietarios, que habían sido identificados pero permanecían inactivos. En abril de 2025, la concejala de Medio Ambiente, Verònica Castelló, anunció que las dos embarcaciones varadas en la zona se retirarían antes del verano. Si el velero Escipión1924 se retiró a principios de julio, Helisara las autoridades aducen la complejidad técnica de la operación y su elevado coste como obstáculos para una intervención rápida.
Daños causados por el clima

Los violentos vientos acabaron por desintegrar la embarcación, esparciendo sus restos en el mar y a lo largo de la costa del Parc Naturel de ses Salines. El caso de Helisara plantea la cuestión de la gestión de los pecios en costas sensibles. La situación se conocía desde hacía más de un año y se habían identificado los riesgos asociados al deterioro progresivo del buque. La falta de intervención ha provocado lo que muchos observadores temían: la dispersión de residuos en el mar en una zona protegida.

Un nombre cargado de historia

Este yate debe su nombre a una famosa línea de barcos del director de orquesta austriaco Herbert von Karajan. Entre los años sesenta y ochenta, Karajan encargó la construcción de varios yates de carreras bautizados con el nombre de Helisara que han dejado su impronta en las principales regatas del Mediterráneo.
De los 27 barcos varados en el vendaval de agosto de 2024 en Formentera, dos aún no han sido retirados.

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