Una casa catamarán de 23 m para vivir en los ríos

José es uno de esos hombres a los que nada parece asustar. Construir un catamarán de 23 metros para albergar a su familia, aunque no tenga conocimientos navales, no le asusta. He aquí la increíble historia de este sorprendente barco.

José es informático. Trabaja en grandes grupos con métodos de trabajo incrementales. Este tipo de enfoque no da una visión definitiva de las cosas, sino que permite que los proyectos se pongan en marcha rápidamente y evolucionen por el camino. Así es como abordó la construcción de su catamarán Coalescence.

Limitar su impacto medioambiental

La historia comienza con una conciencia política. Cuando se trasladó con su familia a la región de París por motivos profesionales, se encontró con el problema de la vivienda: escasa y cara, lo que le obligó a endeudarse o a trasladarse a un suburbio lejano. Entonces intentó acondicionar una barcaza, pero se dio cuenta de que la bodega de un Freycinet no era adecuada para vivir en ella.

Entonces decidió construir su propio barco, que sería 100% ecológico, autónomo y limpio. A continuación, elaboró un rápido pliego de condiciones, teniendo en cuenta las expectativas de su mujer que, por razones irracionales, no quería vivir "bajo el agua". Por ello, imaginó un catamarán cuya vivienda estaría en la barquilla por encima del nivel del agua.

Coalescence José Placide
Coalescencia José Placide

Levantamos las mangas

José se dirigió entonces a una oficina de diseño y a un arquitecto naval para imaginar su proyecto. Pero su forma de pensar no encajaba en absoluto con este tipo de estructura. Al final, fue por su cuenta que investigó y leyó sobre la construcción de barcos. Entonces se puso manos a la obra. En los consejos que había recogido aquí y allá, había leído que la obra no debía estar lejos de la casa, pues de lo contrario el proyecto se desmoronaría rápidamente. Alquiló un garaje a 10 minutos de su casa y empezó a construir piezas de casco de 4,60 m de largo La construcción es de madera para facilitar la instalación. La sección subacuática está hecha de madera contrachapada marina epoxi. El resto del barco es de madera técnica de construcción.

Coalescence José Placide
Coalescencia José Placide

¿Cómo se montan dos cascos de 23 metros?

Se encontró con más de 10 piezas de casco que ensambló en Dieppe, en la región de Alta Normandía, en un antiguo astillero. Aquí está con dos cascos de 23 m de largo que ahora hay que unir (el barco tiene 8,60 m de ancho).

Utiliza la técnica de los cajones de madera que forman vigas que encajan en los cascos. Hay 6 vigas para todo el barco. Mientras que estas vigas son fáciles de encajar en un casco, presentar el segundo es mucho más difícil. Mover una pieza de 23 m de largo es más difícil. Llama a los estibadores con carretillas elevadoras que le cuestan 400 euros la hora y no consiguen colocar el casco con la suficiente precisión. Al final, lo consigue con un método ancestral que se remonta al antiguo Egipto. Unos palos de escoba colocados bajo el casco permiten enrollarlo y colocarlo con precisión. Inversión: ¡15 euros!

Coalescence José Placide
Coalescencia José Placide

120 m2 de superficie habitable

Ahora sólo queda colocar los accesorios. Entre los cascos, un gran suelo de 120 m2 está a 70 cm por encima del nivel del agua. En el centro, un patio de 10 m2 que aporta luz permite incluso un huerto y la posibilidad de disfrutar del aire libre al abrigo del viento. En la parte trasera, una terraza de todo el ancho del barco por 4 m forma también un hermoso balcón.

Un motor eléctrico

El catamarán es autónomo con 2 motores eléctricos montados en líneas de eje. Las baterías de las carretillas alimentan los motores. También se utilizan para proporcionar electricidad para la vida a bordo. José ha diseñado su autonomía en función de su calendario de navegación: 10 meses al año se queda en el muelle. El catamarán es su casa y necesita electricidad para su nevera, iluminación y otras necesidades domésticas.

El resto del tiempo, navega por las vías navegables. En este caso, las baterías dan a los motores 2 horas de autonomía para mover las 40 toneladas del catamarán. Según José, esto es suficiente para recorrer 15 km antes de conectarse a la red eléctrica y recargar las baterías en la esclusa.

En la actualidad, 20 paneles solares cubren parte del techo del barco. Pero a José le gustaría duplicar esta superficie para ganar aún más capacidad y alcanzar una autonomía total cuando el barco no está navegando (unos 10 KW al día).

En Coalescence no hay puesto de mando, sino una caja móvil que se conecta a un enchufe. Los potenciómetros controlan los motores eléctricos. Una vez en el muelle, la caja se guarda en un armario para que no haya un puesto de gobierno.

Coalescence José Placide
Coalescencia José Placide

10 años de construcción

Cuando se le pregunta cuánto tiempo pasó construyendo este insólito catamarán, José no es muy concreto: "Son 10 años de trabajo, un poco como reformar una casa vieja Pero, sobre todo, es un trabajo en curso. Además, no mostrará ninguna foto del interior, ya que considera que los acabados aún no están terminados.

Sin embargo, este hombre no está satisfecho: "La coalescencia es una especie de prototipo. Todavía tengo muchas ideas que me gustaría aplicar a un futuro modelo

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