Catana Ocean Class: avances en el diseño del catamarán de crucero de 50 pies

Tras más de 20 unidades entregadas, Catana admite haber cometido errores en su Ocean Class. El astillero ha corregido la situación con una versión 2, modificando el mamparo del puesto de gobierno, el salón y la cocina. Catana ofrece ahora una segunda versión de este 50 pies, con opciones de diseño pensadas para satisfacer mejor las necesidades del crucero en aguas azules.

Presentado como un catamarán oceánico, el Ocean Class pretendía combinar confort y prestaciones. Pero tras la botadura de una veintena de barcos, muchos propietarios se quejaron de la ergonomía y la circulación. Catana propone ahora un rediseño, denominado Ocean Class², que pretende borrar las deficiencias del diseño original.

Un puesto de mando mal pensado desde el principio

La primera versión colocaba al timonel en una posición aislada, con escaso contacto con el interior. Esta sorprendente disposición para un catamarán de crucero se consideró rápidamente incómoda, e incluso peligrosa cuando se navegaba con una tripulación reducida. La nueva configuración, con un ventanal que se abre al salón, acerca al timonel al salón y mejora la comunicación, que era el gran inconveniente en el diseño de este catamarán.

Una circulación interior que revela los límites del diseño inicial

La ventana corredera de popa ampliada y el armario que comunica con el puesto de gobierno demuestran el deseo de facilitar los movimientos entre la bañera y el salón. Estos cambios demuestran que a la distribución básica le faltaba intuición.

A babor, el salón dispone de asientos profundos y una mesa convertible. Este módulo puede utilizarse como salón, comedor, cama supletoria o estación de trabajo. El enfoque se inspira en la vida contemporánea, pero mantiene la necesidad de funcionalidad cuando se navega. Los navegantes de larga distancia lo encontrarán más versátil, sin perder nada de volumen útil.

Una cocina rediseñada bajo la presión de los usuarios

La insuficiencia de superficie de trabajo y espacio de almacenamiento ha obligado a Catana a replantearse su diseño. La adición de una isla central ampliada y nuevos volúmenes de almacenamiento satisfacen las necesidades básicas de la vida a bordo. Para un catamarán cuyo precio supera el millón de euros, sorprende que estas características obvias se pasaran por alto en la primera versión.

La isla central ampliada y las superficies de trabajo, que han aumentado un 15%, mejoran la preparación de las comidas. La conexión directa con el exterior y la vista del horizonte responden a la necesidad de trabajar con comodidad. Los compartimentos de estiba rediseñados facilitan la autonomía en los viajes largos.

El peso, las prestaciones y las compensaciones siguen sin estar claros

Catana anuncia una reducción del peso gracias al uso de nuevos materiales, al tiempo que aumenta su capacidad de carga. Queda por ver si estas promesas se cumplirán en el agua. El ligero desplazamiento de 13,5 toneladas sigue siendo elevado para un cincuenta pies que se supone da prioridad a la velocidad en los desplazamientos. La infusión sigue siendo la técnica de construcción elegida, combinada con la experiencia de la oficina de diseño Catana.

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