El mareo de los niños, ¿como lidiar con él?

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Si, a pesar de las precauciones y la medicación, tu hijo sigue mareándose, aquí tienes nuestros consejos para ayudarle a superar este desagradable momento.

No dejes que el mareo se apodere de ti

Si su hijo es propenso a marearse, debería preferir salir al mar en la cabina.

En primer lugar, calma a tu hijo, sobre todo a los más pequeños que no saben lo que les pasa. Explícales que se marean, que es algo temporal y qué lo provoca. Si empiezan a estar "cohibidos", llévalos directamente a la cubierta y abrígalos para que puedan mirar al horizonte. Intenta mantenerlo ocupado para que no piense en el hecho de que está enfermo. A veces se puede conseguir que el mareo pase rápidamente.

Si el mareo aparece

Siéntate con ellos en un camarote y engatúsalos para que se duerman (sin dejar de vigilarlos) si te espera un viaje largo. Eso es lo más fácil para ellos.

Asegúrate de que se mantengan bien hidratados -también puedes probar la Coca-Cola sin burbujas para el azúcar, que evitará las molestias- bebiendo mucha agua o té de hierbas. Intenta que coman algo ligero como un plátano, una manzana o un puré de manzana.

Si el mareo es demasiado fuerte y se multiplica por diez al estar encerrado a bordo, lleve a su hijo al exterior. Asegúrese de que su hijo tenga un chaleco salvavidas y vaya bien abrigado. La gente tiende a enfriarse cuando está enferma y no se mueve.

Átalo con una cuerda (para evitar que se deslice hacia el fondo de la cabina o entre los cabos para vomitar) y déjale un cubo. A veces, el niño está tan enfermo que no puede moverse y se convierte en un peso muerto muy difícil de manejar.

Por lo tanto, elige un lugar donde no tengas que moverlo necesariamente en función de las maniobras. De lo contrario, si puede moverse, siéntela en los bancos de la cabina, con la vista fija en el horizonte.

Si hablar con él cuando el mareo empieza a aparecer poco a poco es un truco, lo mejor es dejar que se maneje solo mientras se le vigila. Ya es bastante difícil para él intentar "aguantar".

La vuelta a la tierra

Llegar a tierra es un salvavidas En cuanto esté en tierra, pronto olvidará que estaba enfermo. Y no te preocupes, ¡eso no le impedirá volver al mar la próxima vez!

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