Un primer catamarán totalmente eléctrico
La marca nació en 2010, bajo el nombre de Solarwave, a partir de la voluntad de sus cofundadores, Heike y Michael Köhler, de utilizar energía limpia y silenciosa para impulsar y habitar un catamarán de crucero de larga distancia. Después de 23 años de navegación y cuatro años de investigación, seleccionaron el multicasco por su baja resistencia al movimiento de avance y su superficie disponible. Luego construyen un primer catamarán de 46 pies equipado con motores eléctricos, un paquete de baterías XXL, un techo cubierto con paneles solares y salen para una prueba de cinco años en el Mar Negro y el Mediterráneo. Más de 2.500 horas de motorización eléctrica durante 140 semanas con invitados y periodistas permitieron lograr lo que todos creían imposible: una autonomía completa, día y noche, sin emisiones de CO², incluso en condiciones de nubes, y en un barco con un nivel de rendimiento marítimo y doméstico idéntico al de una lancha equipada con un motor atmosférico y un generador. El generador instalado funcionó sólo 50 horas durante los cinco años de pruebas, lo que dice mucho sobre la relevancia de estos estudios y el rendimiento obtenido.

Autonomía, comodidad y poder

Después de un primer barco de 64 pies, la marca, rebautizada como Silent-Yachts, lanza en 2017 un barco de 55 pies con dos motores de 30 kW y 30 paneles solares. Como el 64' tiene una velocidad máxima de 8-9 nudos, la compañía decide lanzar en 2019 la versión E-power+ con dos motores de 250 kW, 210KWh de baterías de litio Victron y un generador de 100 kW basado en un Volvo D3. La generación solar alcanza los 10,8 kWpic. Además de la propulsión, la gestión de la energía a bordo incluye el funcionamiento de aparatos eléctricos de 12 y 220 voltios (sin privarse de ello), el aire acondicionado reversible, la producción de agua dulce y todos los demás utensilios, incluida la recarga del motor del bote, que también es eléctrico.



La importancia del desplazamiento

Mientras que los intentos de propulsarse sin emitir CO² dan como resultado barcos muy ligeros, con un acabado ultra sobrio y un equipamiento espartano, este no es el caso aquí y se siente inmediatamente cuando se sube a bordo. Como la cotización del peso es esencial para no consumir demasiado kW/h, el casco y las superestructuras están enteramente hechas de compuesto de vidrio/espuma con refuerzos de carbono, los mamparos están hechos de sándwich de panal y todo el mobiliario es de madera contrachapada. Como resultado, el balance es sólo de unas 20 toneladas ligeras, donde los monocascos de motor del mismo tamaño serían al menos 35. Sin embargo, la impresión de tranquilidad suave, serena y tranquilizadora se percibe bien, ya que se ha aplicado un serio aislamiento acústico y térmico para frenar los dos principales defectos generados por el carbono.

