El Aquila 42 Yacht inaugura un nuevo diseño de casco con una góndola bastante alta y carenas laterales bastante altas, relativamente delgadas en proa, pero que se ensanchan mucho en popa.

Este perfil garantiza una excelente estabilidad, mientras que los bulbos de proa, una especialidad del astillero, ayudan a mantener un trimado estable a la vez que cortan la ola antes de que la proa choque con ella para ofrecer el máximo confort.
Un casco con un frontal muy característico
En condiciones reales, este concepto vuelve a funcionar muy bien. El 42 transmite una auténtica sensación de facilidad y comodidad, tanto si se está al timón como si se es pasajero. Muy estable, este powercat permite no "sufrir" la navegación, sino al contrario aprovecharla para charlar, leer un libro, tomar una copa o simplemente disfrutar del paisaje.

Además, debido a su tamaño, el Aquila es realmente fácil de maniobrar sin necesidad de ser un experto. En curvas, mantiene un buen equilibrio lateral sin sobrevirar, lo que resulta bastante agradable.
Hasta 600 CV
En cuanto al motor, está disponible en la versión estándar con un doble Volvo D4 de 230 CV, que ya es una potencia muy buena que debería corresponder a un programa de crucero tranquilo y económico. El multicasco que probamos estaba propulsado por dos motores Volvo D4 de 300 CV. Una potencia extra bienvenida. Así equipado, el powercat es rápido con un arranque rápido y planea en menos de 8 segundos.

También es sensible, especialmente al salir de las curvas, lo que confirma la idea de que siempre es bueno tener un poco de potencia de reserva. En cuanto a las cifras, las prestaciones están lejos de ser ridículas, ya que la velocidad de crucero ronda los 17 nudos (19 mph), mientras que empujando la maneta, se alcanzan casi 22 nudos (25 mph). Sin embargo, este powercat no pretende ninguna ambición deportiva, pero ofrece una velocidad más que suficiente para un programa de crucero.