Un año a bordo es poco y mucho. Este año representa sobre todo una ruptura, un cambio completo de vida. Dejamos una existencia muy convencional, una pequeña casa en una zona suburbana, tres hijos en el colegio o con una niñera, dos trabajos muy exigentes, poco tiempo para nosotros mismos y, finalmente, mucha frustración.

Adaptación a las limitaciones del barco
Los cinco hemos aprendido a vivir siempre en un espacio reducido, a prescindir de ciertas comodidades, a adaptarnos continuamente a nuestro entorno cultural y natural, a descubrir otro ritmo de vida, actividades más conectadas con la naturaleza, menos consumo, más paciencia.

Redescubrimos el valor del agua, la energía, la comida, el silencio, la oscuridad y las estrellas, el espacio personal y la privacidad, y el desorden de los residuos omnipresentes. Nos maravillamos con los animales marinos, las aves, la naturaleza y la alegría de los niños ante estos espectáculos. Los vimos crecer y abrirse al mundo.

Todo esto no fue fácil. Dejar tu vida, tu casa, tus amigos, tu familia, tus hábitos, es difícil. Adaptarse requiere tiempo, paciencia y valor. Reaprender a vivir juntos requiere ajustes permanentes y a veces dolorosos. Hay que ser flexible para cuestionarse a sí mismo.

Descubra las alegrías de la vida en un barco
Sin embargo, merece la pena. A pesar de las dificultades, de las penurias a veces, esta vida es rica en emociones, en compartir, en encuentros. Es una fuente de maravillas, descubrimientos y logros. Es la vida en todo su esplendor.

Una vida en la que se puede saborear cada pequeña cosa: un café caliente al amanecer después de una noche de vigilia, llegar al ancla frente a una espléndida playa después de horas de mar agitado, una tropa de delfines acompañándonos durante un tramo del camino, un chubasco que llena todos los cubos de agua fresca, un desconocido que nos da la bienvenida a la orilla, una risa con los niños, una buena comida para compartir con los vecinos en el fondeaderoâeuros¦

¿El final del viaje?
Arthur regresa a Francia para seguir trabajando y haciendo ajustes. Se trata de una pausa, pero no del final del viaje. Dentro de unos meses, partirá hacia nuevas aventuras, un poco más preparado, un poco mejor armado, con una tripulación más curtida gracias a este año de experiencia.
